Errores comunes en la preparación del examen que debes evitar

La lección más importante: Los fundamentos

Lección 3 – Los errores que te pueden hacer perder el tiempo

Saber esto te puede ahorrar meses de frustración

Con esta lección cerramos el primer bloque de esta guía.

Hasta ahora hemos visto qué pasos hay que seguir para preparar bien un examen de inglés. Hoy toca ver lo contrario: qué errores hay que evitar. Y no son pocos.

Son errores que veo constantemente en alumnos que se preparan por su cuenta. Y a veces, incluso en preparadores sin demasiada experiencia. Aquí van los cinco más comunes:

1. Practicar exámenes-tipo sin tener el nivel necesario

Este es el error más frecuente de todos.

Y tiene toda la lógica del mundo: si tengo que aprobar un examen, ¿qué hago? Pues practicar con exámenes. El problema es que esto solo tiene sentido si ya estás cerca del nivel que te van a pedir.

Si tu nivel es más bajo, ponerte a hacer exámenes tipo solo sirve para confirmar una y otra vez lo que no sabes. Y eso agota. Los tests sirven para medir, no para mejorar.

Si te haces una analítica y sale mal, no te haces otra analítica a la semana siguiente a ver si has mejorado. Lo que haces es cambiar hábitos. Pues esto es lo mismo. Primero sube tu nivel. Luego ya practicarás el examen.

2. Memorizar listas de vocabulario o collocations

¿Te acuerdas de cuando tenías que aprenderte capitales en el cole? Probablemente te las sabías… durante un par de semanas. Luego, fuera.

Con las listas de vocabulario pasa igual.

El vocabulario que realmente recuerdas es el que has usado, el que has visto en contexto, el que te ha hecho falta para comunicar algo.

Aprender palabras sueltas o collocations en lista, sin saber cómo se usan, no solo no ayuda, sino que muchas veces bloquea. Crees que “te sabes” muchas cosas, pero no sabes aplicarlas.

Trabajar el vocabulario es otra cosa. Ya lo verás más adelante.

3. Memorizar frases para meterlas con calzador

Esto parece una buena idea. Pero no lo es.

Algunos alumnos hacen listas de frases “de nivel” para meter en el writing o en el speaking como sea. Y sí, puede que alguna encaje. Pero la mayoría de las veces canta.

Los examinadores tienen el oído entrenado. Saben cuándo una palabra o una estructura no encaja con el resto del nivel del candidato.

Y cuando algo no suena natural, no suma puntos. A veces incluso los resta.

Más vale una frase sencilla y bien construida que una expresión sacada de una plantilla que no encaja con nada.

4. Buscar exámenes resueltos para aprendérselos

Hay mucha gente que lo hace: busca exámenes corregidos, con las respuestas bien hechas, para aprenderse esos modelos.

El problema es que, en el examen, no te van a poner esas preguntas. Y lo que habrás entrenado es tu capacidad para repetir un contenido que no entiendes del todo. No tu capacidad real para resolver una tarea.

Si confías en que va a salir “algo parecido”, estás jugando con fuego. Y un título de inglés no es como jugar al bingo.

5. Caer en el síndrome de Diógenes digital

Este es muy típico de gente motivada.

Te apuntas a un grupo de Facebook, luego a otro de WhatsApp. Te mandan un enlace de Google Drive con un montón de PDFs. Luego otro. Luego otro.

Y te encuentras con 30 carpetas llenas de materiales que no sabes ni por dónde empezar a mirar.

El exceso de recursos no solo no ayuda, sino que paraliza. Y cuando estás paralizado, no avanzas.

Recuerda: tener mucho material no es lo mismo que tener un buen plan.

Conclusión

Evitar estos cinco errores no solo te va a ahorrar tiempo. También te va a ahorrar frustraciones, parones, vueltas atrás, e incluso suspensos evitables.

Y ahora que sabes qué no hacer, estás listo para el siguiente paso.

En la siguiente pantalla vas a poder acceder al bonus especial: una herramienta que te va a permitir calcular cuántas semanas necesitas para estar listo para tu examen de inglés, según tu caso concreto.

Solo tienes que introducir tu nivel, el certificado que necesitas y tus horarios disponibles, y te dará una estimación realista de tu preparación. Nada de humo ni promesas de “en tres semanas estás listo”.

Una previsión clara y personalizada para que puedas organizarte con criterio y tomar decisiones con confianza.

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